Luego de dos períodos de Concertación post – dictadura, en San Bernardo, el año 2000 trajo un viento de renovación. Sin una propuesta político – administrativa convincente, pero con un fuerte populismo (que es lo que de verdad influye en el voto de las masas), el Dr. Francisco Miranda (UDI), se quedó con el sillón municipal, derrotando por estrecho margen a dos candidatos concertacionistas, el PRSD y candidato a la reelección, Luís Navarro, y a la DC Orfelina Bustos. Si bien la Concertación sumó mas votos que la Derecha en aquella elección, el sistema le dio la victoria al gremialista, quien sacó poco más del 24%, seguido de un 22% de Bustos y sólo un 18% del entonces alcalde Navarro. El representante del Partido Humanista, Efrén Osorio, obtuvo alrededor del 10% (San Bernardo es una comuna en donde el número de humanistas supera a los radicales, al PC y al PS, y se mantiene en un gallito con el PPD, estando entre los 5 partidos mas fuertes en la comuna, hablando de manera individual, claro, por que dentro de un conglomerado, las fuerzas son conocidas, y son las fuerzas que valen). Como pueden ver, se presentaban dos potenciales alcaldes de la concertación, mientras que Miranda se presentó sólo, concentrando casi la totalidad de los votos de su sector. Esto ocurrió a causa de un serio problema de egos entre el edil radical y la concejal falangista. Se sabía de la irrupción de la derecha y el famoso desgaste de la Concertación (si se fijan, se viene hablando de desgaste desde hace casi una década), y por lo tanto, se decidió cortar por lo sano: realizar primarias, y quien pierda, que se baje de la lista en beneficio de la coalición. Orfelina Bustos derrotó al alcalde Navarro. Con ese resultado, el edil no debía repostularse, pero él no aceptó la derrota, y como el sistema electoral de ese entonces elegía al consejal más votado, extraído de una lista única de casi una treintena de candidatos, como el nuevo alcalde. El Dr. Miranda (o anestesista, como sostienen algunos), capitalizó esa división. A veces no necesariamente se crece por las propias, sino aprovechando la debilidad del otro.
Pero el gobierno comunal de la UDI fue sencillamente nefasto: Uno de sus caballitos de batalla fue el combate a la delincuencia, pero la comuna durante su gestión se convirtió en la más insegura de Santiago, según un estudio de Paz Ciudadana en el año 2004, la educación municipal empeoró de manera progresiva, así como la convivencia. Eso lo digo en carne propia, como estudiante del Liceo de Hombres precisamente coincidiendo con el período de cuatro años de la administración gremialista. Se eliminó la Oficina de la Mujer, en fin… se perdieron muchas cosas, las que hasta hoy no se recuperan.
Son cosas para aprender, hoy enfrenta la Concertación una situación aún peor, potenciada por la crisis Terminal que enfrenta el oficialismo, además de una pésima gestión de la Alcaldesa Orfelina Bustos. La edil perdió su capital político, y gran parte de su sufragio, estuvo 12 años como concejal, en donde se ganó ese respeto que la llevo a sillón de la comuna. También surgen otros candidatos, como el actual alcalde de Buin , Ángel Bozán(PPD), así como mi amigo Leo Soto (PS), a quien no veo como alcalde para esta vuelta, el 2012, quizá. La competencia es contra la concejal UDI Nora Cuevas, quien llega en una situación muy similar a Bustos el 2004 (pero ojo, uno de los grandes males de la sociedad latinoamericana y tercermundista en general, es que cuando alguien lo hace bien en un puesto menor, se lo encumbra de inmediato a un nivel que no sabemos si es capaz de mantener una gestión correcta), cuando le dobló a Miranda. Pero la tozudez de la alcaldesa con respecto a no presentarse es irónica, ella insiste en que su gestión ha sido buena, pero todos en San Bernardo sabemos que no es así. Lo que hay que hacer es hacer primarias, invitando a votar a toda la comunidad electora, exceptuando a quienes militen fuera de la Concertación. Sólo así sabremos quién realmente puede derrotar a la derecha. Es necesario terminar con las negociaciones en las cúpulas. El Partido Socialista impulsó un método bien interesante: para que se tome en consideración una candidatura, ya sea a concejal o alcalde, éste debe juntar al menos el 5% de las firmas de los militantes de una comuna. Pero así y todo no es suficiente la medida. Hay militantes que tienen ciertos contactos al interior de un padrón y esas firmas las pueden conseguir en cosa de horas, pero hacia fuera no son representativos. Sabemos que las candidaturas se encargan de marcar tendencia, y esa tendencia no está a cargo del electorado. Es complicado, para los líderes de mi partido uno no tiene nociones. Es más, la opinión de la militancia no vale de mucho, ya que son unos pocos los que deciden. Como dice una canción de Claudio Narea, “no pinchamos ni cortamos, sólo tragamos”.
Pero el gobierno comunal de la UDI fue sencillamente nefasto: Uno de sus caballitos de batalla fue el combate a la delincuencia, pero la comuna durante su gestión se convirtió en la más insegura de Santiago, según un estudio de Paz Ciudadana en el año 2004, la educación municipal empeoró de manera progresiva, así como la convivencia. Eso lo digo en carne propia, como estudiante del Liceo de Hombres precisamente coincidiendo con el período de cuatro años de la administración gremialista. Se eliminó la Oficina de la Mujer, en fin… se perdieron muchas cosas, las que hasta hoy no se recuperan.
Son cosas para aprender, hoy enfrenta la Concertación una situación aún peor, potenciada por la crisis Terminal que enfrenta el oficialismo, además de una pésima gestión de la Alcaldesa Orfelina Bustos. La edil perdió su capital político, y gran parte de su sufragio, estuvo 12 años como concejal, en donde se ganó ese respeto que la llevo a sillón de la comuna. También surgen otros candidatos, como el actual alcalde de Buin , Ángel Bozán(PPD), así como mi amigo Leo Soto (PS), a quien no veo como alcalde para esta vuelta, el 2012, quizá. La competencia es contra la concejal UDI Nora Cuevas, quien llega en una situación muy similar a Bustos el 2004 (pero ojo, uno de los grandes males de la sociedad latinoamericana y tercermundista en general, es que cuando alguien lo hace bien en un puesto menor, se lo encumbra de inmediato a un nivel que no sabemos si es capaz de mantener una gestión correcta), cuando le dobló a Miranda. Pero la tozudez de la alcaldesa con respecto a no presentarse es irónica, ella insiste en que su gestión ha sido buena, pero todos en San Bernardo sabemos que no es así. Lo que hay que hacer es hacer primarias, invitando a votar a toda la comunidad electora, exceptuando a quienes militen fuera de la Concertación. Sólo así sabremos quién realmente puede derrotar a la derecha. Es necesario terminar con las negociaciones en las cúpulas. El Partido Socialista impulsó un método bien interesante: para que se tome en consideración una candidatura, ya sea a concejal o alcalde, éste debe juntar al menos el 5% de las firmas de los militantes de una comuna. Pero así y todo no es suficiente la medida. Hay militantes que tienen ciertos contactos al interior de un padrón y esas firmas las pueden conseguir en cosa de horas, pero hacia fuera no son representativos. Sabemos que las candidaturas se encargan de marcar tendencia, y esa tendencia no está a cargo del electorado. Es complicado, para los líderes de mi partido uno no tiene nociones. Es más, la opinión de la militancia no vale de mucho, ya que son unos pocos los que deciden. Como dice una canción de Claudio Narea, “no pinchamos ni cortamos, sólo tragamos”.


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